Translate

martes, 7 de abril de 2015

Camino a Primera: la salvación en Anoeta

    Muy buenas gente, hoy segundo post de Camino a Primera. Hoy será sobre un hecho que ocurrió hace 7 años que hoy día todavía tiene consecuencias.

    Transcurría la temporada 2007/2008, el Córdoba era un club recién ascendido de Segunda B, (como vimos la semana pasada en esta sección) y como tal, ocurrió lo que suele ocurrir normalmente con estos equipos: estuvo prácticamente toda la temporada en puestos de descenso o cerca de ellos, sufriendo hasta el final (cuando digo hasta el final es hasta el final) e incluso tuvieron que echar al entrenador en marzo de 2008 por una mala racha de resultados. Y cómo son las cosas, ese entrenador era Paco Jémez, hoy día considerado uno de los mejores entrenadores cordobesistas de los últimos años y muy querido en la ciudades califal, como ya veremos en las próximas semanas.

    Pues bien, era la última jornada, había muchos equipos luchando por eludir el descenso, entre ellos el Córdoba, que se enfrentaba a la Real Sociedad, y las matemáticas cordobesistas decían lo siguiente: si ganaba se salvaba independientemente de lo que ocurriera en los demás encuentros y si empataba o perdía se tenían que dar una serie de circunstancias específicas para que mantuviera la categoría un año más.

    El Córdoba empató a 1 en Anoeta, todos aquellos factores que se tenían que dar para que se salvara se estaban cumpliendo, pero en el minuto 94 de partido en el estadio Ramón de Carranza de Cádiz se pitó penalti a favor de los locales. Muy fácil, si marcaba Abraham Paz (lanzador), el Cádiz se salvaba y el Córdoba bajaba a Segunda B; pero si fallaba, el Cádiz bajaba y el Córdoba se salvaba. Tras unos segundos lamentables en los que el portero del Hécules y un jugador del Cádiz se pues íberos a beber agua y hablar fuera del campo como si no pasara nada, ya estaba todo preparado para lanzar el penalti. Mientras, en Anoeta, el capitán del Córdoba, Alessandro Pierini, se marchó al vestuario al enterarse del penalti.

    Llegó la hora, lo que pasara a partir de ese momento condenaría a un equipo u otro a jugar en Segunda B. Abraham lanzó el penalti, el balón pegó contra el poste, golpeó en los pies del portero del Hércules y se marchó por la línea de fondo. Había fallado. El Córdoba seguiría siendo equipo de Segunda División. Se desató la alegría tanto en Anoeta como en la ciudad califal, no tanto en Cádiz, apenados por el descenso.
    Las consecuencias de esto fueron las siguientes: siete años más tarde, el Córdoba está en Primera aunque sufriendo por no bajar, y el Cádiz continúa en Segunda B luchando por volver a la categoría de plata, pero sin suerte ni éxito en los últimos años. ¿Qué habría pasado si el penalti hubiera entrado? Ni lo sabemos ni a los cordobesistas nos gustaría saberlo probablemente, al contrario que a los gaditanos, que piensan dónde estarían ahora de no ser por aquel pequeño fallo por el que aún sufren estas consecuencias. No obstante, el Cádiz tiene un gran equipo como para subir este año, una gran afición y yo les animo a que no agachen la cabeza y asciendan lo antes posible para volver a donde merecen estar: en la élite del fútbol.
Pancarta de la afición del Cádiz para animar a su equipo y quiero
que hoy también represente el apoyo de un cordobesista que tampoco
olvida que la afición del Cádiz se desplazó a El Arcángel para animar al Córdoba
cuando jugó la fase de ascenso a Segunda División mencionada en el post anterior.
    Espero que os haya gustado, dadle a +1, comentad y seguid el blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario